Siamo fuori
Ya no vuelvas me dijo,
tragandose la pasta del dentífrico,
(y un fálico cepillo de dientes
le ocupaba la boca.)
No se si dijo acoso ocaso o acaso
pero sono a boca llena de desgano.
Era la primera neblina de ese invierno
que cocinaba crudos frios.
Ella me hizo favores no lo niego,
de esos que curan cuero y alma
y un hilo de saliva verde le chorreaba
como baba de beba que bebe
por la comisura izquierda de sus labios.
Y sabia que no quería irme.
pero antes de escuchar el ruido del portazo
vi volar mi ropa y mis zapatos
por la puerta antes que mi sombra.
De que sirvio doblar la apuesta?
De que las calas y las lumbres?
yo quería quererla y ella:
tan solo fui un cliente que no paga.
Un peregrino que no reza,
un voto en la urna equivocada.
Solo quedo en su casa con vitrales
una presto-barba que ella me compró
y ese cepillo de dientes en su boca que era mío.
3 comentarios:
Como un 19 días y 500 noches, sin sarcasmos.Con algo de mordacidad, sí, y complicidad sabiniana.
¡¡Inmenso!!
Un abrazo
"Un voto en la urna equivocada"
Bravo ¡Me encantó!
regresa a quitarselo che
-el dentrifico tambien era suyo?
saludos juande.
dmtv
.
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