miércoles, octubre 20, 2010

Un poema de Raquel Fernandez

CEMENTERIO



SIT TIBI TERRA LEVIS







El olvido es tangible.

Tiene rostro.

Tiene pasos confusos.

Pero llega.

Tiene una culpa vieja en la garganta.

¿La mía? ¿La tuya?

¿La nuestra?

El olvido es tangible.

Yo lo vi.

Hoy lo vi.

Y hasta pude tocarlo.




Se quebraron mis uñas

arrancando los yuyos

de las tumbas ajenas.

Limpié el mármol extraño.

Quité las telarañas

que tejían a Cristo.



Toqué fotografías.

Los muertos sonreían.


Antes de saber.


Me deshice

de tanta agua podrida,

de tantas flores secas.

Que no eran mías.



El olvido estaba ahí.


Me miraba con sorna.


Me miraba y decía:

“Esto es así, chiquita.

No le des más vueltas al asunto.”



Una tumba.

Otra tumba.

Tantas tumbas.

No pude con todas.

No pude

con tanto abandono.

Entonces me mordí las manos.

Y lloré.


                                                                                                                                                         Raquel Graciela Fernández,
Argentina.