Un poema de Alina Diaconú
Hace 1 mes.
Comencé removiendo escombros, a pala y pico un refugio donde atrincherarme. Un canal en busca de mi mismo, ahí, donde mi olfato perdió el rastro de mis huesos. …Y me encontré, un día me di cuenta que era tan solo un Juan de los Palotes y que aún estaba vivo. Entonces entendí que debajo de mis huesos la tierra siempre espera paciente incluir en ella una semilla . Entrá, cambia la yerba, tengo unos leños encendidos con la pava al costado esperando tu visita; tomas unos mates?
.
Asi vas,
Atávica, con sol y tules ataviada,
Desatada,
vagón que descarrilas fantasías,
desenfrenada,
sobre carriles férreos
buscando enhebrarte en carne
la lanza de un tren que te menee
entre las huellas paralelas
de una convulsión húmeda.
Publicadas por Horacio Fioriello a la/s 4:57 a. m.
Etiquetas: Eróticos
2 comentarios:
¡Qué erotismo poético el tuyo!
jajaja, quien dijo que en lo erótico no debe haber poesía?
quien dijo que en la poesía no puede haber erotismo?
Besos Marínes
Horacio
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