miércoles, septiembre 19, 2007

Secretos de Confesión




No espero con esta narración de hechos (donde he preferido omitir el nombre de sus protagonistas) edificar un concepto ni especular con la confianza de mis lectores, ni es mi intención aún, convertirme en un formador omnisciente de opinión, mas allá de toda mirada esponjosa espero puedan leer entre líneas, y encontrar dentro de todo contorno, huecos de luz que puedan atravesar la historia, para iluminar al lector de acaso algún matiz digno de rescate en la negrura que un alma humana puede llegar a experimentar. Tratare de narrarles esta historia cuyo eje no es otro que el de los tan transgredidos bordes entre lo posible y lo inasible, lo aceptable y lo indefendible desde la hipócrita conducta humana que nos mantiene erguidos, desde lo moral como paradigma en permanentes espirales de cambios. No es mi ánimo blandearme en narrar el morbo con que esta historia se suscita y si, mi pretensión, ir más lejos del mero hecho de describir la escena morbosa de alguien que hace abuso de una niña de la calle en una confesión

Según cuenta la leyenda, Una mujer a punto de parir y alcoholizada para soportar los dolores de parto trastabilla frente a la puerta de su casa, un gendarme la observa, se quita su capa y asiste a la desdichada mujer a parir sobre la prenda. Una niña nace así debajo de una farola frente al número 72 de la rue de Belleville en París.
Sus cartas ya estaban echadas, más que por sus genes, por aquella metáfora que encendería luces y sombras a su callejero alumbramiento.
Sus padres (una cantante ambulante y un circense bohemio), demasiado pobres como para criarla, terminarían por confiarla en tiempos de guerra, a su abuela paterna (que regenteaba una casa de prostitución en Normandía) la niña es criada por las prostitutas de la casa. Al finalizar la Primera Guerra Mundial, su padre vuelve del frente y la lleva consigo a vivir la vida de los artistas itinerantes, independiente y miserablemente. Dormían en las bodegas o en las calles, guareciéndose como podían de la dura intemperie y sin poder comer caliente cada día.
Así siendo aun niña acompaña a su padre cantando en las calles, tal como su madre lo hacía.
Un día llegan a Reims, ya en el centro, pasan la noche en la place du Parvis, donde hay una estatua de Juana de Arco. La noche era fría y un viento siniestro anunciaba lluvia, el cielo cerrado y negro apenas contorneaba de a instantes una gran luna que prontamente se guarecía tras los negros nubarrones que se desplazaban velozmente hacia el norte. Su padre le ofreció un trago de licor que ella acepto sorber de la botella. El entonó su armónica y ella siguió el ritmo mientras con vos dulce y triste cantaba una antigua canción:
(1) Quand tout j'ai fini, quand je suis arrivé loin / Quand mes souvenirs seront finalement / un seulement cela, des souvenirs boueux, / Quand la tristesse deviendra une joie / et à cette longue nuit je l'ai dévorée le jour / Éveille-toi-moi combien de, j'ai souffert alors. / Par que la mémoire est paire d'olvidos / et est bon de se souvenir de combien de tu as souffert / Quand tu souffriras moins, avec moins un motif./…
El frío era intenso, de muerte, y ella se quedo dormida para siempre en ese banco de la place du Parvis abrazada a sus muñecos de peluche.



Paris Era 1935

y ella, ahora, una muchacha de veinte años, estaba cantando en una transitada avenida cuando un hombre, elegantemente vestido, se detuvo a escucharla. Permaneció allí durante un buen rato, hasta que, alargándole un billete de diez francos, le propuso hacer una prueba.
Ella asistió a la cita con curiosidad, una mezcla de admiración y respeto se había apoderado de ella, entro a su despacho y le extendió la mano.
No me respetes tanto y muéstrame las tetas -le pidió-
. Al día siguiente, , impresionado con esa voz, a la vez bronca y dulce, la contrató. Pocos días después. convocó a los mejores clientes de su prostíbulo para el estreno de la joven a la que había rebautizado su gorrioncito...y la convirtió en una figura.
A los siete días, lo encontraron muerto en su despacho. Lo había asesinado un disparo. la policía la consideró sospechosa del crimen por las relaciones que tenía con los Hampones del lugar. Al amanecer los titulares Parisinos la acusaban sin pruebas, y truncaban su carrera. El publico y aquellos que le permitieron surgir le soltaron la mano.
Solo ellos en ese despacho, nadie más escucho su confesión y su secreto
A veces la justicia adquiere la fisonomía de las apariencias, y un trozo de carbón de culpa pinta el rostro de quien tubo que aprender a resucitar revolcándose entre sus cenizas.


(1) Cuando todo pase, cuando llegue lejos/como un gorrioncito que levanta vuelo/
Cuando mis recuerdos sean finalmente / un tan solo eso, borrosos recuerdos,
Cuando la tristeza se torne alegría/ y a esta larga noche la devore el día/ Recuérdame cuanto, he sufrido entonces.
Por que la memoria es yunta de olvidos/ y es bueno acordarse de cuanto has sufrido/
Cuando sufras menos, con menos motivo….








* Este texto de ficción esta basado en la vida de la cantante Francesa Edith Piaf