martes, marzo 01, 2011

Gsusa y yo


Ella va con su cuerpo al hombro, perfilándose al Golgotha, Gsusa, sabe que mañana también será absurdo, que la piedra siempre rodará otra vez por la ladera cuando crea tenerla en la cima, pero ella insiste, ella empuja hijos a la escuela, como se empuja al presente para convertirlo en futuro, pone la mesa para levantar luego, vacíos de migas los platos sucios de la última cena, lava la ropa para que se ensucie otra vez mañana, sin culpables ni culpas. Pinta sus labios y sus ojos en el lienzo de la indiferencia donde él no será capaz de reconocer el cambio y se quedará otra vez dormido sentado en la cama con el control de la tele en la mano, Gsusa sabe, o cree que sabe,que las calabazas como los conejos y los sapos no se cuecen en el caldero de la vida real para dar carrozas y corceles, pero ella insiste, agita escobas por los rincones y esconde pensamientos debajo de la alfombra mientras espera confiada que mañana el sol; le finja una sonrisa y un guiño. Que al desayunar en el shop de la Shell, antes de ir a la oficina, ese hombre de la mesa de enfrente le dirija la palabra, le invite ese café que está tomando y al menos deslice un comentario a cerca de lo ingenioso de Matt Groening para crear el personaje de Homero Simpson.


Gsusa solo necesita que la escuchen, pero ella grita para adentro:
*-“Del otro lado de la noche
la espera su nombre,/su subrepticio anhelo de vivir,/¡del otro lado de la noche!”

*-la cita es del poema de Alejandra Pizarnik,  "Poema para Emily Dickinson"