domingo, febrero 11, 2007

El sobreviviente


por Juan de los Palotes

Exigirme describir a cada uno de ellos no será sino a través de la imprecisa y dudosa
imagen que aún conservo de aquel suceso , por cierto, no menos cargado de crueldad que otros hechos posteriores al destierro, al alumbramiento.
Los años sesenta aún no cantaban sus victorias de Twist y gritos, la revolución juvenil,
el contexto de la Guerra Fría , la guerra de Vietnam, el Mayo Francés, la primavera de Praga, la guerra de los 7 días, los conflictivos y violentos procesos de liberación, la contracultura juvenil, los movimientos pacifistas y los procesos de cambios y transformaciones en distintos órdenes que serían marco y circunstancias para éste mediocre narrador que trata hoy de ilustrar ésta legitima historia y la suerte de sus personajes.
Era Abril de1959, días más , días menos, cuando salimos lanzados de nuestro ubicuo y testicular hábitat por una indefinible y compleja reacción química, proyectados, excluidos, eyaculados.
De todos lo que éramos en un principio solo recuerdo algunos rasgos de quienes quizás por más competitivos se acercaron casi lo suficiente para llegar, solo que el casi, siempre denota con su adverbial naturaleza esa fastidiosa desaprobación de lo inconcluso, de lo pendiente, de lo irresuelto. Nadie quiere ir a la zaga, la lidia es Darwiniana y despiadada.Todos ellos con sueños tal vez utópicos y una misión a realizar, con vocaciones diversas y capacidades magníficas perecieron en el fallido intento, : El médico sabio ,el ecologista conservador y pasifista, el Chamán intuitivo, el científico innovador, el artesano, el maestro de escuela, el padre ejemplar, el guerrillero soñador y loco, el loco, el cuerdo, el idólatra, la magia, el ateo, la sonrisa.
De aquel proyecto en puñado de hombres y mujeres únicos, irrepetibles, solo éste que soy, pudo sobrevivir. Sin oficio mejor ni mayor empeño que contar historias, en fin, sin exagerar, un premio, la vida, inmerecido.
Solo me queda el consuelo de ejercerles memoria y éste descargo en mi defensa: Alguien tenía que sobrevivir para contarlo.
Pero es justo decir que necesite poder golpear mucho más, vigorosamente, nadando por el tracto vaginal fui un mero espectador de su desdichada suerte, tal vez el más afortunado, agraciado por la velocidad que dan los flujos en la deriva a un espermatozoide que rema a ciegas y sin conciencia de su rumbo.