Un poema de Alina Diaconú
Hace 3 meses.
Comencé removiendo escombros, a pala y pico un refugio donde atrincherarme. Un canal en busca de mi mismo, ahí, donde mi olfato perdió el rastro de mis huesos. …Y me encontré, un día me di cuenta que era tan solo un Juan de los Palotes y que aún estaba vivo. Entonces entendí que debajo de mis huesos la tierra siempre espera paciente incluir en ella una semilla . Entrá, cambia la yerba, tengo unos leños encendidos con la pava al costado esperando tu visita; tomas unos mates?
Ahora que el tiempo descalza el almanaque
y que morir sería absurdo y ruin e innecesario;
en solitario te leo en manuscrita
ciego de promesas y descalma.
Ahora que ya el río no es el mismo
y tampoco la memoria en descontigo,
yo me pregunto:
¿A quien irán tus versos
cuando el amor se marche en despedida?
Publicadas por
Horacio Fioriello
a la/s
1:03 p. m.
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