lunes, enero 21, 2008

Diástole blasfemo



Hay que parir un rebelde verso
que escupa, brame y ruja
Hay que excretar un insulto lo bastante obsceno
que ampolle como esquirlas de campanas.
Hay que morderle a Dios la porcelana
de sus inútiles cojones,
Clavarle los colmillos en sus sagradas testes
que es necesario se ponga a trabajar rodillas,
para enmendar el caos de su obra.
Hay que enseñarle a Dios que se cayó el sistema
de su imperfecta puesta.
Que no edifica pueblos elegidos
con su globalizado cementerio.
Hay que enseñarle a Dios,
que es temible la ira de sus hijos
cuando aturde el ruido de las tripas
y se rajan las biblias en su estante.