jueves, octubre 03, 2013



Abro esta ventana y miro fuera, y como un poeta miro fuera, y te veo, entonces mi alma se tranquiliza, hay señales afuera que no se pueden evitar ni transgredir. Unas me hacen detener, me indican pare y yo me detengo a punto de cruzar la linea... son las señales negras. Otras, las grises, me dicen no avanzar, son las tristes, las que me llenan de rodeos para llegar a vos, las que implican un cambio de ruta inevitable. Otras, tristemente amargas, señalan estrechamiento de calzada y son las que obligan a soltarnos de la mano para pasar de a uno por la calzada angosta, son las que estrangulan el sendero por donde caminar juntos.
Hay que prestar atención a las señales, por que aun en su mudo discurso nos ayudan a no-morir de inacción, de inmovilidad; a no estrellarnos para seguir brillando. Por eso en este vuelo de acróbata funambulista, acostumbrado a saltar sin red y abrir las alas, a veces, carreteo... para ver las señales, cuando el cartel verde reza: siga la flecha... cuando el cartel amarillo dice tenemos que hablar; desnudémonos... cuando el cartel violeta como una llama violeta obliga velocidad máxima. Entonces es ahí cuando el día es otra vez eterno , donde la eternidad no pasa por el minuto de virtualidad y la eternidad nos enlaza almicamente.

9/6...19/6- 20/8 -12/9 - 29/9 - 30/9 - 1/10 los números no admiten fe de erratas, no se equivocan, las letras si.

Ese día único, irrepetible,perfecto, ese instante eterno, en que volamos a 7 cm del suelo tiene nombre y esta escrito en el séptimo libro de la Magia y sus misterios.