martes, septiembre 09, 2008

Ni vivo ni muerto, recuperado



No todos los caminos humanos son derechos, algunos, al igual que la vida de algunos hombres están forjados para ser laberintos. Este hombre pertenece al mundo de las ideas, no es en sentido concreto un hombre, es decir, no es posible tocarlo o verlo, con nuestros sentidos ordinarios, pero si imaginarlo.
Imaginá a este hombre, su estatura, su color de piel, cabello y ojos, el timbre de su voz, los rasgos de su rostro, su contextura física, ya? Pero todavía no es un hombre, aun faltan otros atributos. Imaginá ahora su carácter, su manera de reaccionar frente a la agresión, frente a una situación limite, frente al dolor físico y al dolor moral, frente a un hecho agradable, frente al placer o la desdicha.
Imaginà a este hombre en una ciudad cualquiera en una calle cualquiera en un día cualquiera de cualquier día de estos. Si? ya casi lo tenemos, que nos falta? A si…obviamente para ser un hombre necesita una fecha de nacimiento y un nombre, una identidad, no solamente un surco espiralado en sus pulgares,…
Pero aun así nuestro hombre no esta completo. Este hombre no será del todo un hombre mientras no tenga historia, su historia es, lo que hará de nuestro Hombre un ser, un individuo con existencia propia. Y conste que no estoy esbozando un personaje en nuestra imaginación, los personajes, a excepción de los de Pirandello, son el producto de la argamasa que su autor moldea, carecen por tanto de vida propia, éste, nuestro hombre, pertenece en cambio a un estado en suspenso entre dos mundos: El mundo visible y el mundo de las ideas.
Por que el cree que tiene una historia, pero esa historia no es real, el pertenece al mundo real pero sabe, presiente íntimamente que ese mundo no es al cual pertenece, el tiene una historia, si, pero esa no es su historia, su historia, es genética, esa si es la verdadera. La otra, la otra es una pagina arrancada de la divina comedia del Dante.
El será, es, un número más en la lista de unas abuelas cansadas y memoriosas.