lunes, diciembre 07, 2009

Sin culpas.




Cambiame la clave, demostrame que se puede templar las cuerdas de este viejo instrumento de otra manera.


No importa si en Sol de tiza o Fa de asombro, lo que importa es el sonido que resulte.


Que al final la piel tatuada sea un rasguido de Dali, una escultura de Verdi, un oleo de Lola Mora.


Cambiame el dial de la emergencia, que las sirenas suenen esta noche por nosotros y no por una cardiopatía en agudos o esdrújulos siniestros de corridas bancarias.


Desabrigate, desvestite, desnudate de hojas de almanaque mamarrachadas con vencimientos morosos, descalsate hasta las rodillas el cuero remachado en el cerebro y comete las uñas y el pellejo pegado a la cutícula de tu dedo gordo, y sin dudarlo; soña! Total, todo es mentira y la verdad es disfraz, es maquillaje de los necios,


Desarruga la boca, mojate los labios con la lengua, hacete el haraquiri con un signo de admiración, mientras frente al espejo masturbas las ganas de ser feliz para siempre, aunque después, el cartero, te pase la factura.


Hacele un corte de manga al estado y pellizcale una teta a la soledad mientras te comes un alfajor Capitan del Espacio, mordele un testículo a dios y finalmente, si rezonga, sonreile, el te va a perdonar…y si te corre con la cruz vos revolea la moneda siempre de cara a la libertad que brindan las carencias.


Esta noche, cambiame para siempre esta tristeza, ejerce el arte de la magia y asombrame con lo imposible: vendémosle los ojos a la muerte.