Un poema de Alina Diaconú
Hace 3 meses.
Comencé removiendo escombros, a pala y pico un refugio donde atrincherarme. Un canal en busca de mi mismo, ahí, donde mi olfato perdió el rastro de mis huesos. …Y me encontré, un día me di cuenta que era tan solo un Juan de los Palotes y que aún estaba vivo. Entonces entendí que debajo de mis huesos la tierra siempre espera paciente incluir en ella una semilla . Entrá, cambia la yerba, tengo unos leños encendidos con la pava al costado esperando tu visita; tomas unos mates?
Foto:Teresa Zafon
Llevo este vaso con agua hasta mi boca,
me ahogo en él.
No hay océano más devorador que aquél
donde el border-line del horizonte
es sólo una gaviota que ha extraviado el rumbo.
Publicadas por
Horacio Fioriello
a la/s
3:09 p. m.
4
comentarios