jueves, enero 15, 2009

Pajaros de barro



Aun no te dedico mi mejor pecado
No derramo mi copa en tu vestido
No apresuro tu escote con mis dientes
No revuelco tu cuerpo con el mio
Ahí donde el barro es indecente
Ni te invite a bullir adrenalinas
En el baño del bar de aquella esquina
No perverti el momento de tocarte
Ni me escondi adentro de tu fronda
No me enrrede esta vez en la espesura
De tu bosque peremne de silencios
Tan solo abri tus alas y las mias
Y juntos nos caimos en picada.

10 comentarios:

Silvi Rivoira dijo...
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Silvi Rivoira dijo...
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Tabita dijo...

Muy corto mi lindo, me cortaste las alas cuando empezaba a conmoverme. Besos de esos que te gustan y donde te gustan.

DudaDesnuda dijo...

A veces, solo a veces, no se necesitan alas para volar.

Besos y vuelos

· dijo...

¡qué lindo poema! encierra mucha ternura. Antes de irme voy a leerlo una vez más...

un abrazo,

Senén dijo...

Pero mister! venía fenómeno y cuando me los imaginé levantándose en el cielo de alas desplegadas y perdiéndose en una vorágine de amor y pasión usté me pone que cayeron en picada... no de esas amarguras compañero. Tendría que ser usté como el piloto ese del avion que se posó en el rio Hudson hace unos días, tendría.
Abrazo

dèbora hadaza dijo...

y juntos nos caímos en picada...

si asi es

César González dijo...
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César González dijo...

A veces pasa que con los pulmones listos a respirar por vez primera, nos ahogamos inmisericordemente en ese humo que nuestro propio calor genera. Abrazo, hermano. Gracias por esa ruptura de campo semántico, porque la vida es eso muchas veces. Escribe usted como siempre... fenomenal.

Anónimo dijo...

que bella es tu pagina, filisofo porteño