lunes, enero 25, 2010

Abanderada




Pocos placeres se comparan
con verte amanecida, embanderada;
en flecos de sabanas mojadas,
vestigios vivos de una noche mansa.
Entonces me siento al borde de la cama
y te ofrezco un silencio,
un mate que entibie voluntades.
Un murmullo de zorzales atraviesa la casa,
y tu voz me devuelve casi muda;
un convite a liarme en tu bandera.
Tus ojos, clausurados al ahora,
Me miran desde oníricos adentros
y pocos placeres se comparan
con desertar a mi y embanderarte
con un beso en los ojos, un después,
y un mirarte descalza de ataduras.
Desnuda y en la cama. Engalanada.





6 comentarios:

DudaDesnuda dijo...

Algunos amaneceres esconden tanta poesía como tus palabras.

Besos y soles

mabel casas dijo...

conmueve la imagen que trasuntan los versos,sobre todo cuando alguna vez abanderada en madrugada placía con el hombre al borde de la cama
siempre bello tu poema
besos

dèbora hadaza dijo...

maestro usted vuelve a las andadas de una magnifica manera, es un gusto leerlo.

Marcela dijo...

Muy lindo.
Me gustó mucho.
Beso.

carmen dijo...

¡Cuanto tiempo sin detenerme en tí! Sensualidad extrema expresa tu poema, unida a la sensibilidad de la cual enriqueces tus creaciones.

Otro beso por aqui

diana poblet dijo...

¡Excelente Horacio!... deja y queda.
Señal que estuvo ahí, pegando entre los ojos y el alma.
Con mi abrazo.
d.