miércoles, febrero 20, 2008

Estrategia



El gran león duerme, pero no ignora.
Un perro trashumante olfatea el cubil.
Es lobuno su hambre y su deseo.
Feroz acechara la presa hasta el rincón
más aciago de sus intimidades.
Solo ahí, cuando se sienta vulnerable,
cuando el miedo alimente la sospecha
y un sudor cítrico avive el instinto,
la hembra mostrara sus garras
dispuesta a destripar si es necesario
por preservar su cría. Por preservarse.
Por resguardar su tálamo y ese territorio
tan parecido; tan cercano
a la independencia de un Virrey

1 comentario:

dèbora hadaza dijo...

"la independecia de un Virrey"

esa frase esta para llevarsela

besos